El valor de una amistad
Enviado: sexta, 21 jan 2005, 20:45
EL VALOR DE UNA AMISTAD.....
De chico, pude ver como mi viejo, inmigrante gallego se juntaba junto a sus amigos a jugar a las cartas con otros paisanos.
Con uno, especialmente con uno de ellos, Felecindo, gallego también, compartía además de esas trasnochadas de escobas y porotos con los que llevaban la cuenta de los puntos, una amistad entrañable, a tal punto que Felecindo, ?Felecho? para nosotros concurría todos los días a casa y se convirtió ese tío que no teníamos mis hermanos y yo.
Papá murió cuando yo tenía 6 años ?hace 32 años ya- y en los primeros años, Felecho venía a casa como si realmente nosotros fuésemos sus sobrinos.
La vida quiso que, nosotros nos mudáramos y que él vuelva a vivir a su Galicia natal.
Varias mudanzas, hicieron perder el contacto definitivo con esa persona que, al menos a mi, con mi corta edad, hacía que no perdiera del todo a mi padre...
Pasaron muchos años, yo crecí, me convertí en un hombre, me casé, tuve mis hijos... Muchas veces pensé que Felecho habría muerto en su Galicia querida.... pero, la vida.....; la vida que a veces te castiga, muchas veces te da sorpresas que compensan todo....
Veinticinco años después de fallecer mi viejo, un día mi esposa me llama al trabajo y me dice ?te llamó por teléfono a casa una persona que dice ser amigo de tu papá, su nombre es Felecindo, o algo así....? mi corazón latió muy, pero muy fuerte, la vida puso frente a mi el ejemplo vivo de algo que aún no comprendía.....
Por supuesto, lo llamé por teléfono, lo invité a mi casa, vino con su esposa y comimos un asado, charlamos de muchas cosas, de mi viejo, de sus cualidades como persona y especialmente como amigo, de tiempos viejos y otros tantos temas
Yo no entendía mucho porqué si él había sido amigo de mi viejo, ahora estaba acá con nosotros, le pregunté entonces y dijo: ?En estos 25 años yo vine varias veces a Argentina, a visitar familiares y amigos, en todos esos viajes pregunté por Uds. y nunca los localicé.....? cachetazo al corazón y a la razón, me resultaba más incomprensible saber que una persona actúe así.
Volvimos a vernos, y a charlar. Y llegó el momento de despedirlo el día de su retorno a España, yo lloraba como un niño. Ya tenía treinta y pico de años, no quería que la vida me arrebate ese AMIGO que lo había sido de mi viejo y me lo regalaba ahora a mi.... ?No llores, nos volveremos a ver? dijo, con una seguridad , serenidad y sabiduría que solo una persona de 70 años puede brindar. El volvió, y nos juntamos de nuevo. En su ausencia, aprendí a escribirle, a llamarlo por teléfono, en Navidad, Año Nuevo, los domingos, en fin, cuando me venían las ganas. El me decía ?no llames, no te pongas en gastos....? Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si con él yo estoy más cerca de mi viejo?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si él me estuvo buscando por más de 25 años?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si para mi es una necesidad escuchar su voz y en él escuchar a mi viejo?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si lo único que estoy haciendo es ?pagar? de esa manera ese aprendizaje único de lo que puede significar una amistad, incluso después de que una de las partes físicamente ya no está?. Dije ya no está?, me equivoco, Felecho me demostró que esa parte que físicamente falta, nunca dejó de estar presente.....
El domingo pasado lo llamé, lo noté bastante bien, aunque su esposa en llamadas anteriores me contó que ya sufrió un infarto, y él me dijo ?los médicos ya no me dejan viajar a Argentina, no tenés ganas de venir? YO TE ESTOY ESPERANDO....?. Cómo no tener ganas de ir?. Cómo no responder con un viaje a tantos viajes por él realizados?. Cómo hacer para, en la situación actual que vivimos en Argentina, hacer frente a las obligaciones que día a día la vida nos pone a diario, y además poder viajar a verlo?. Es un desafío que tengo por delante, por mi, por él, por mis hijos, el tiempo corre en contra, la amistad a favor.
Un abrazo
Ricardo
rfernandez@grupolaserdisc.com
De chico, pude ver como mi viejo, inmigrante gallego se juntaba junto a sus amigos a jugar a las cartas con otros paisanos.
Con uno, especialmente con uno de ellos, Felecindo, gallego también, compartía además de esas trasnochadas de escobas y porotos con los que llevaban la cuenta de los puntos, una amistad entrañable, a tal punto que Felecindo, ?Felecho? para nosotros concurría todos los días a casa y se convirtió ese tío que no teníamos mis hermanos y yo.
Papá murió cuando yo tenía 6 años ?hace 32 años ya- y en los primeros años, Felecho venía a casa como si realmente nosotros fuésemos sus sobrinos.
La vida quiso que, nosotros nos mudáramos y que él vuelva a vivir a su Galicia natal.
Varias mudanzas, hicieron perder el contacto definitivo con esa persona que, al menos a mi, con mi corta edad, hacía que no perdiera del todo a mi padre...
Pasaron muchos años, yo crecí, me convertí en un hombre, me casé, tuve mis hijos... Muchas veces pensé que Felecho habría muerto en su Galicia querida.... pero, la vida.....; la vida que a veces te castiga, muchas veces te da sorpresas que compensan todo....
Veinticinco años después de fallecer mi viejo, un día mi esposa me llama al trabajo y me dice ?te llamó por teléfono a casa una persona que dice ser amigo de tu papá, su nombre es Felecindo, o algo así....? mi corazón latió muy, pero muy fuerte, la vida puso frente a mi el ejemplo vivo de algo que aún no comprendía.....
Por supuesto, lo llamé por teléfono, lo invité a mi casa, vino con su esposa y comimos un asado, charlamos de muchas cosas, de mi viejo, de sus cualidades como persona y especialmente como amigo, de tiempos viejos y otros tantos temas
Yo no entendía mucho porqué si él había sido amigo de mi viejo, ahora estaba acá con nosotros, le pregunté entonces y dijo: ?En estos 25 años yo vine varias veces a Argentina, a visitar familiares y amigos, en todos esos viajes pregunté por Uds. y nunca los localicé.....? cachetazo al corazón y a la razón, me resultaba más incomprensible saber que una persona actúe así.
Volvimos a vernos, y a charlar. Y llegó el momento de despedirlo el día de su retorno a España, yo lloraba como un niño. Ya tenía treinta y pico de años, no quería que la vida me arrebate ese AMIGO que lo había sido de mi viejo y me lo regalaba ahora a mi.... ?No llores, nos volveremos a ver? dijo, con una seguridad , serenidad y sabiduría que solo una persona de 70 años puede brindar. El volvió, y nos juntamos de nuevo. En su ausencia, aprendí a escribirle, a llamarlo por teléfono, en Navidad, Año Nuevo, los domingos, en fin, cuando me venían las ganas. El me decía ?no llames, no te pongas en gastos....? Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si con él yo estoy más cerca de mi viejo?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si él me estuvo buscando por más de 25 años?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si para mi es una necesidad escuchar su voz y en él escuchar a mi viejo?. Cómo no voy a ponerme en ?gastos? si lo único que estoy haciendo es ?pagar? de esa manera ese aprendizaje único de lo que puede significar una amistad, incluso después de que una de las partes físicamente ya no está?. Dije ya no está?, me equivoco, Felecho me demostró que esa parte que físicamente falta, nunca dejó de estar presente.....
El domingo pasado lo llamé, lo noté bastante bien, aunque su esposa en llamadas anteriores me contó que ya sufrió un infarto, y él me dijo ?los médicos ya no me dejan viajar a Argentina, no tenés ganas de venir? YO TE ESTOY ESPERANDO....?. Cómo no tener ganas de ir?. Cómo no responder con un viaje a tantos viajes por él realizados?. Cómo hacer para, en la situación actual que vivimos en Argentina, hacer frente a las obligaciones que día a día la vida nos pone a diario, y además poder viajar a verlo?. Es un desafío que tengo por delante, por mi, por él, por mis hijos, el tiempo corre en contra, la amistad a favor.
Un abrazo
Ricardo
rfernandez@grupolaserdisc.com